Herramientas que todo gerente necesita
Gestionar el rendimiento de la empresa es el trabajo diario de todos. Se podría decir que asegurarse de que el negocio está funcionando bien es el trabajo de cualquier gerente. El reto es que hay muchas herramientas diferentes disponibles para gestionar el rendimiento del negocio, aquí veremos algunas herramientas populares que todo gerente debe conocer.
1. Planificación y presupuestación
Este es probablemente el enfoque BPM más utilizado en las empresas por el cual se planifica y se establecen los presupuestos para el año siguiente. Esto se hace tradicionalmente cada año, cuando la organización establece los objetivos para los próximos 12 meses y negocia un presupuesto para alcanzarlos.
Planificar y presupuestar bien significa no pasar meses haciéndolo, crear un proceso por el que los planes y presupuestos se revisen con mayor regularidad (por ejemplo, trimestralmente). El proceso debe utilizarse para garantizar que se financian las oportunidades o actividades más importantes en un momento dado y no para controlar el gasto con respecto a objetivos y previsiones desfasados.
2. Indicadores clave de rendimiento (KPI)
Los KPI son los instrumentos de navegación que utilizan las empresas para saber si van por el buen camino o se desvían de la senda de la prosperidad.
Sirven para reducir la compleja naturaleza del rendimiento de la organización a un pequeño número de indicadores clave con el fin de hacer el rendimiento más comprensible y digerible para nosotros.
En la práctica, la palabra KPI se utiliza en exceso y a menudo describe cualquier métrica en las empresas, en lugar de las vitales. Los buenos KPI están claramente ligados a la estrategia empresarial. Donde normalmente lo enseñan en la carrera de administracion de empresas y en la que proporcionan respuestas a las preguntas clave sobre el rendimiento del negocio.
3. Cuadro de mando integral (CMI)
El BSC es otra herramienta de gestión muy popular que ha sido diseñada para articular los objetivos estratégicos de una empresa. A continuación, alinear las medidas de rendimiento y los planes de acción con estos objetivos estratégicos para garantizar la ejecución de la estrategia.
El BSC propone que las empresas desarrollen objetivos en las siguientes perspectivas interrelacionadas:
En la práctica, muchos BSC son menos herramientas de gestión estratégica y más cuadros de mando de métricas. Para crear un CMI eficaz, las empresas deben empezar por crear un mapa estratégico que represente los objetivos estratégicos y los impulsores de valor en un diagrama de causa y efecto de una sola página.
Una vez logrado esto, deben desarrollarse medidas significativas para supervisar la ejecución de la estrategia y deben diseñarse planes de acción para cada objetivo con el fin de garantizar que la estrategia se está aplicando.
4. Benchmarking
Las empresas utilizan la evaluación comparativa para comparar sus propios resultados con los de otras. La evaluación comparativa se considera tradicionalmente como la comparación de los resultados propios con los de las mejores prácticas externas (donde los resultados de las mejores prácticas pueden provenir de fuera del sector o la industria en la que opera una empresa).
Por ejemplo, los bancos pueden aprender de los hoteles sobre el servicio al cliente y los hoteles pueden aprender de las compañías de seguros sobre la optimización de los procesos administrativos.
Muchas organizaciones ven la evaluación comparativa como un proceso de fijación de objetivos por el que identifican los niveles de rendimiento en otros lugares y luego los utilizan como objetivos internos. Esto puede ser peligroso si no se entiende bien por qué y en qué difieren los procesos subyacentes.
Sin embargo, si se realiza correctamente, la evaluación comparativa implica un análisis detallado del rendimiento como gerente a los empleados, para comprender el contexto, por ejemplo, los procesos, las culturas, las habilidades, etc., para garantizar que las empresas no acaben comparando manzanas con peras.
